jueves, 11 de marzo de 2010

EL TEMA Y EL TEXTO. Basados en el manual de Homilética

Cuando el predicador o quien va a dar un sermón va a predicar, tiene que tomar en cuenta el tema a predicar y el texto sobre el cual va a exponer la palabra. Ahora bien ¿Cuál es mas importante? ¿el tema o el texto?

¿Debe predicarse sobre temas o sobre textos? ¿ Debe elegirse el tema y después el texto, o viceversa?

De un modo concreto no podemos responder a estas preguntas, ya que en algunos casos, cuando el predicador tiene un tema definido, sintiendo que debe predicar sobre aquel asunto; el tema precederá a la elección del texto. Pero en otros casos, cuando el tema es sugerido como resultado de la meditación personal en las Sagradas Escrituras, el texto va a preceder y a sugerir el tema. O sea, a veces usted tiene un tema o le dan el tema para predicar; entonces usted debe aplicarle un texto a ese tema. Pero cuando un texto le llega a usted y le ministra, y por consecuencia se motiva a predicar basado en ese texto; usted entonces debe buscar un tema que se apegue a ese texto.

La biblia contiene muchos textos interesantes sobre los cuales debemos predicar, hay veces que se pasa horas y hasta días tratando de conseguir un texto bíblico para predicar, a pesar de que hay muchos, imagínese usted, la biblia contiene 31,103 versículos.

¿Cómo llegar a determinar el texto que se debe escoger, sobre todo cuando no se tiene antes escogido el tema del sermón? Se puede establecer esta regla, que sugiere Spurgeon: “cuando un pasaje de la Biblia nos da como un cordial abrazo, no debemos buscar más lejos. Cuando un texto se apodera de nosotros, podemos decir que aquel es el mensaje de Dios para nuestra congregación”. A eso nos referimos cuando hablamos que dicho texto nos ministra.

FORMULACION DEL TEMA

Una vez elegido el texto, es indispensable concretarlo en un tema, si no se posee ya de antemano.

El tema es el resumen del texto y del sermón concretado en una corta sentencia. Ha de ser, por tanto, no solamente la esencia del texto, sino el lazo de unión de los diversos pensamientos que entraran en el sermón. Hay una gran ventaja en poseer un tema para el arreglo del sermón. Se ha dicho que el tema es el sermón condensado, y el sermón es el tema desarrollado.

El tema fomenta la unidad del discurso, y si los argumentos, explicaciones y aplicaciones son adecuadas, permanece el tema como nota dominante sobre la mente de quien lo escucha, lo cual lo hace más efectivo.

El tema ayuda para dar intensidad y firmeza al sermón y mantener el discurso dentro de los limites razonables. Por esto es preferible tener el tema limitado y bien definido y no demasiado amplio.

Predicar un sermón si tema, es como tirar sin blanco.

No hay comentarios:

Publicar un comentario